- Coparmex advierte que el Paquete Económico 2026 llega con déficit alto, más impuestos específicos y riesgos para la inversión si no se priorizan seguridad, salud y educación
El gobierno federal presentó el Paquete Económico 2026 con la promesa de estabilizar la deuda pública. En otras palabras: gastar más, endeudarse más y confiar en que el peso, el petróleo y el crecimiento hagan milagros.
Ernesto Madrid
La Secretaría de Hacienda asegura que la deuda neta se mantendrá “estable” en 52.0% del PIB en 2026, aunque el propio mercado y analistas como Banamex advierten que podría escalar a 53.2% si el tipo de cambio se mueve al ritmo esperado por el consenso (20 pesos por dólar, frente al optimismo oficial de 18.9).
De cumplirse estas proyecciones, la deuda bruta llegaría a 60% del PIB en 2028, muy lejos del promedio de 45% que México mantuvo entre 2000 y 2018.
El déficit tampoco pinta como un logro: Hacienda promete bajarlo de 5.7% del PIB en 2024 a 4.1% en 2026, pero esa “reducción” sigue más de un punto por arriba del promedio histórico (2.8%). Y, por si fuera poco, el déficit de 2025 que se había comprometido en 3.9% ya fue revisado a 4.3%, reconociendo implícitamente que el ajuste no es tan sencillo como parece en los discursos.
El Paquete Económico descansa en estimaciones que históricamente han quedado cortas:
- PIB: se espera 2.3% en 2026. El consenso: apenas 1.4%.
- Petróleo: se proyectan 1.8 millones de barriles diarios, cuando en la última década Hacienda ha sobreestimado en promedio 80 mil barriles diarios cada año.
- Tipo de cambio: se calcula en 18.9 pesos por dólar al cierre de 2026. Analistas privados lo colocan en 20.0.
Por si fuera poco, la recaudación tampoco es garantía: Hacienda estima ingresos de 22.5% del PIB en 2026, aunque especialistas los ubican en 22.3%. La diferencia parece pequeña, pero equivale a más de 50 mil millones de pesos, lo que podría desfondar las cuentas si la economía crece menos de lo esperado.
Más gasto… ¿y menos prioridades?
Lejos de la austeridad que se predicó en sexenios anteriores, el gasto crecerá de 25.5% del PIB en 2025 a 26.1% en 2026, un salto que se explica por:
- Expansión de programas sociales: transferencias a adultos mayores, mujeres y becas.
- Mayor costo financiero de la deuda, que se comerá buena parte del presupuesto.
- Un ligero repunte en inversión física, aunque insuficiente para revertir el deterioro en infraestructura.
¿Los sacrificados? Dependencias como Seguridad, SEDATU, Cultura, INEGI e incluso varios organismos autónomos que desaparecerán.
La advertencia empresarial
En este contexto, la Coparmex no compra el optimismo. El organismo advierte que los retos son claros:
- Déficit todavía elevado y creciente endeudamiento.
- Incrementos al IEPS en refrescos, tabaco, apuestas y videojuegos que mandan señales de incertidumbre a la inversión.
- Falta de certeza jurídica y seguridad que compromete la recaudación y la inversión privada.
- La necesidad de priorizar seguridad, educación y salud, rubros que siguen sin consolidar presupuestos blindados.
El Paquete estima un gasto total de 10.1 billones de pesos, contra ingresos por 8.7 billones, lo que genera el déficit señalado. Y aunque las calificadoras internacionales mantienen por ahora la confianza en la política fiscal mexicana, lo hacen con reservas: si los supuestos no se cumplen, el margen se estrechará con rapidez.
En resumen, el Paquete Económico 2026 funciona como esas dietas que prometen adelgazar comiendo más: estabilizar la deuda con más gasto, mantener el déficit alto, pero llamarlo “controlado” y descansar en expectativas de crecimiento que ni el mercado ni la historia respaldan.
Lo que Hacienda presenta como un ejercicio de disciplina, Coparmex y especialistas lo leen como un juego de espejos: la deuda sí se estabiliza, pero arriba; el déficit sí baja, pero sigue alto; y los ingresos sí crecen, pero menos de lo que se gasta.
Un paquete diseñado más para sostener el discurso político que para resolver el verdadero elefante en la sala: la ausencia de una reforma fiscal integral que le dé viabilidad de largo plazo a las finanzas públicas de México.
@JErnestoMadrid
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