- México Evalúa advierte sobre la expansión de la violencia mientras EU refuerza operativos antidrogas y el gobierno mexicano presume logros
La disfunción gubernamental en México no es una exageración: es una realidad que se agrava. Instituciones debilitadas, decisiones políticas desconectadas y la incapacidad para enfrentar la violencia configuran una tormenta perfecta.
Ernesto Madrid
El gobierno presume una reducción del 32.9% en víctimas diarias de homicidio doloso, pero las cifras oficiales provienen de fiscalías locales con registros incompletos o manipulados. La desaparición sistemática de cuerpos y otras formas de violencia no se reflejan en las estadísticas.
De acuerdo con México Evalúa, marzo de 2025 fue el mes más violento del sexenio en varios estados. En 20 entidades aumentaron los homicidios y desapariciones respecto al año anterior. La estrategia de seguridad no solo fracasa: incentiva la fragmentación y disputa entre cárteles.
La reforma judicial, en vez de fortalecer, ha permitido nombrar perfiles sin garantías de idoneidad, algunos con vínculos criminales. La justicia sigue capturada; la confianza social, erosionada.
En lo económico, la caída de ingresos petroleros provocó recortes del 23% en salud pública. El gobierno responde con parches y no con soluciones estructurales.
Mientras tanto, las presiones externas crecen. EE. UU. desmanteló una red ligada al Cártel de Sinaloa, incautando más de un millón de pastillas de fentanilo en Nuevo México. Más de 400 agentes federales operaron en siete estados, golpeando las redes logísticas del tráfico.
La paradoja es brutal: mientras el gobierno maquilla cifras, su principal socio comercial expone las omisiones estructurales del país.
México sigue atrapado entre la violencia que crece, las instituciones que se debilitan y las exigencias externas que exhiben sus fallas. La narrativa oficial y la tragedia cotidiana se alejan cada vez más.
La realidad es ineludible: la violencia no está controlada, la justicia está en entredicho, la economía es insostenible y el margen de simulación se agota. O el Estado recupera el control, o lo perderá del todo.
@JErnestoMadrid
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